¿Las ballenas son peces?

¿Las ballenas son peces?

A muchos la respuesta a la pregunta del título les puede parecer obvia, pero hay quienes creen que por el hecho de habitar en los océanos, las ballenas y cualquier otra criatura marina deben considerarse como peces.

Sin embargo, para nada lo son y cualquier aseveración parecida no gozaría de argumento científico alguno.

Las ballenas y muchas otras criaturas marinas similares como el delfín, la orca y el cachalote, todos cetáceos, son mamíferos y no peces, como tampoco lo son los animales del mar que pertenecen a la familia de los sirenios, como el manatí.

Las diferencias entre ambos grupos y los peces son abrumadoras, como veremos a continuación en detalle, centrándonos sobre todo en lo que separa a las ballenas de los peces.

Respiración

Una primera gran diferencia entre ballenas y peces es que las primeras respiran aire y se ven obligadas a obtenerlo en la superficie, cual si fueran animales terrestres. Para ello disponen de pulmones grandes, que le permiten permanecer gran tiempo bajo el agua entre un aprovisionamiento y otro.

Por su parte, los peces están capacitados de forma natural para obtener el oxígeno que necesitan del agua, por mediación de sus branquias (fuente: peceswiki.com).

Reproducción

Para reproducirse, en muchas especies de peces las hembras depositan miles de huevos en el agua, para que luego los machos los fecunden y eclosionen a su suerte, mientras que los mamíferos marinos como las ballenas, y al igual que sus primos terrestres, deben afrontar un embarazo y paritorio, tras el que sus crías emergen vivas al mundo. Además, amamantan a sus crías, de ahí el nombre mamífero, algo de lo que los peces están más que alejados.

Adaptaciones para la temperatura corporal

Con la finalidad de que sus órganos vitales se mantengan con la temperatura que requieren, inclusive en aguas extremadamente frías, las ballenas han sido dotadas o han desarrollado con el paso del tiempo una capa de grasa muy gruesa.

En los peces esto no es necesario, ya que son criaturas de sangre fría que no precisan de la regulación de su temperatura corporal interna para vivir, sin importar el frío que haya.

Evolución

Varias investigaciones científicas sugieren que las ballenas y otros mamíferos del mar habitaron en la tierra, sólo que evolucionaron hacia el mar con el objetivo de obtener mayor alimentación.

Dicha evolución se materializó en adaptaciones en la anatomía, donde aún se observan rasgos similares a la de mamíferos terrestres, fundamentalmente en el esqueleto.

Un rasgo específico que fortalece esta teoría es el desarrollo cerebral de la ballena y otros cetáceos, uno de los cuales, el delfín, es el animal más cercano al hombre en inteligencia y organización social.

Los peces por su parte, están muy lejos de todo esto. 

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